El “Estudio sobre mejora de la eficiencia energética aprovechando la inercia térmica del hormigón en la envuelta de un edificio” presentado por el Ieca en el marco del tercer Salón de la Eficiencia Energética en Edificación y Espacios Urbanos, Greencities & Sostenibilidadrevela que se pueden conseguir importantes ahorros enclimatización utilizando soluciones constructivas de hormigón que se pueden activar con técnicas totalmente bioclimáticas.
Aunque el uso generalizado del hormigón en edificaciónse debe, fundamentalmente, a su capacidad estructural, resistencia frente al fuego, aislamiento acústico y demás prestaciones ampliamente conocidas, el estudio de la Universidad de Sevilla ha puesto de manifiesto el beneficio que el hormigón proporciona en cuanto a eficiencia energética, debido a su propiedad de alta inercia térmica.
“Para el ciudadano de a pie, esto se traduce en un descenso de la factura energética, derivada de una menor dependencia de los sistemas de climatización, con un ahorro de hasta 4 meses de consumo de energía por vivienda al año”, declaró el director de Ieca Área Sur, Manuel Vera.
Y es que la inercia térmica permite suavizar las variaciones de temperatura, facilita que exista un desfase en el tiempo con respecto a las exteriores y reduce la diferencia entre las puntas máxima y mínima, consiguiendo un adecuado nivel de confort. En este sentido, el Código Técnico de la Edificación (CTE) permite considerar, en los cálculos que cuantifican la eficiencia energética, la inercia térmica, y valora los beneficios que aporta en cuanto a ahorros en climatización. Sin embargo no es habitual la consideración de ésta en los cálculos de demanda y consumo que se realizan usualmente, quizá debido al desconocimiento y falta de herramientas adaptadas.
Aunque el uso generalizado del hormigón en edificaciónse debe, fundamentalmente, a su capacidad estructural, resistencia frente al fuego, aislamiento acústico y demás prestaciones ampliamente conocidas, el estudio de la Universidad de Sevilla ha puesto de manifiesto el beneficio que el hormigón proporciona en cuanto a eficiencia energética, debido a su propiedad de alta inercia térmica.
“Para el ciudadano de a pie, esto se traduce en un descenso de la factura energética, derivada de una menor dependencia de los sistemas de climatización, con un ahorro de hasta 4 meses de consumo de energía por vivienda al año”, declaró el director de Ieca Área Sur, Manuel Vera.
Y es que la inercia térmica permite suavizar las variaciones de temperatura, facilita que exista un desfase en el tiempo con respecto a las exteriores y reduce la diferencia entre las puntas máxima y mínima, consiguiendo un adecuado nivel de confort. En este sentido, el Código Técnico de la Edificación (CTE) permite considerar, en los cálculos que cuantifican la eficiencia energética, la inercia térmica, y valora los beneficios que aporta en cuanto a ahorros en climatización. Sin embargo no es habitual la consideración de ésta en los cálculos de demanda y consumo que se realizan usualmente, quizá debido al desconocimiento y falta de herramientas adaptadas.
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